sábado, 23 de febrero de 2013

¿Por qué leer?


¿Quién no ha escuchado de boca de sus padres decir que todo está en los libros?
Yo busco ese todo y ese nada en ellos.
Un libro es eso que vive en tu casa, como un habitante más.
Un libro es eso que te acompaña en las noches de insomnio, en los días lluviosos… Es ese objeto que simplemente está.
El libro no se queja si no lo abres, no protesta si lo subrayas, no te echa en cara que lo abandones, no te lleva la contraria, ni siquiera te pide explicaciones. ¡Está ahí!
Un libro es ¡el amigo que nunca es inoportuno!
Nos dicen que el ser humano es libre y nosotros ¡queremos elegir qué, cuándo y cómo leer!
¡Pero no! Desde todas partes nos indican no sólo qué debemos leer, sino cómo debemos hacerlo.
Nos rebelamos, ¡me rebelo!
Llega un día en el que recuerdas aquél libro que te daba las buenas noches cuando solo eras un niño, ese libro al que no podías acceder ¡porque no sabías leer! Y que tenías que oír  “de boca de un mayor”…

La gaviota y el cormorán, ¡ese era mi amigo!:

“Ella no me puede amar-suspiraba el cormorán-.
Ella es blanca y yo soy negro,
Mi plumaje le asustará.
¡Nunca le podré gustar!

Una noche tras otra, mi padre me leía aquél cuento del mar.

¿Para qué leer? Para hablar, para soñar.
¿Para qué leer? Para conocer, para crecer.

Pero esa no es la cuestión. La verdadera pregunta es por qué.Ese por qué nos acompaña siempre (¡puede que la pregunta nazca con nosotros!). ¿Por qué?
No sé, no es fácil dar una respuesta a un por qué. (Qué ironía, ¡en mi casa vive un libro que se llama “El por qué de las cosas”!).

Solo se me ocurre una respuesta: los libros nacen para vivir en familia, con nosotros, en nuestras casas….
Algunos te conquistan por su título (¡y luego te defraudan por su contenido!); otros llaman la atención por sus ilustraciones (¡y te limitas a contemplarlas!); otros…. Otros son simples, encuadernados con tapa blanda (creo que los llaman de edición rústica), sin apenas ilustraciones, sin color, sin títulos sugerentes…. ¡Esos son los buenos!

Un libro es una historia que nos llega, que nos cautiva, que nos hace reír, llorar o, simplemente ¡leer!
Ya sé que os estáis preguntando por qué he elegido este tema...
¿Por qué? Puede que esté bloqueado con tanto número, con tanta cifra, con tanta gráfica, con tanta fórmula…
¿Por qué? Porque tengo a mi lado un libro, que me espera, que me mira, que me llama ¡sin decir nada!

Palabras, miles, millones, palabras… Silencios, gritos, susurros, silencios… ¡Palabras!
Y como dicen que las palabras se las lleva el viento, qué habrá mejor que verlas escritas…

No hay comentarios:

Publicar un comentario