domingo, 17 de febrero de 2013

¿La tecnología nos libera o nos esclaviza?



La tecnología avanza a pasos agigantados, y a medida que hace su camino nos propone nuevos y más sofisticados aparatos electrónicos sin los que no podríamos vivir, pero sin los que hemos vivido hasta ahora. Aparatos que muchas veces lejos de solucionarnos la vida nos hace dependientes de ellos.

En concreto algo que últimamente se ha puesto muy de moda gracias a algunas grandes compañías es la supuesta libertad que nos proporciona la era de las comunicaciones a distancia. La telefonía movil ha marcado un antes y un después en lo que a comunicación personal se refiere. El móvil, al igual que el coche o la forma de vestir, se ha convertido en un signo de distinción social, un reflejo del supuesto status económico de su dueño y portador.

Hoy en día todo el mundo tiene móvil. Quien no lleve uno en el bolsillo es un "tipo raro", un desfasado que no es capaz de comprender las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías. Muchos tienen uno o más móviles, cada uno con su propia linea, sin necesidad real de tener más de un número de teléfono personal. Incluso los niños tienen móvil. No será la primera vez que veo en algun parque a un niño de 8 años hablando a través de un móvil con tarjeta prepago con algún amigo suyo. Y es que nos venden la telefonía móvil como una liberación, con anuncios donde se ve a una chica sonriente en la cima de una montaña hablando por teléfono con su familia. El móvil ata a las personas, y muchas veces la verdadera liberalización es apagarlo.

Pero no solo nos ata. La era de la comunicación es la era de lo impersonal. El contacto humano se reduce. Antes contaban las historias en familia o con amigos. Ahora cualquiera puede entrar en un blog y enterarse de la vida de cualquier persona.

Antes si se quería salir a tomar algo se quedaba por teléfono o en persona. Ahora en cambio nos mandamos un SMS o un whatsapp. Probablemente nuestros padres piensen lo mismo desde su propio punto de vista: antes quedaban días antes en persona, y ahora quedan por mensajes a través del movil. Hemos pasado del contacto directo a la voz, y más tarde al texto, marchando hacia atrás como un cangrejo.

Hay parejas que rompen por SMS, e incluso que se divorcian. Hay gente que se enamora de un poco de texto sobre un cliente de mensajería, manteniendo relaciones virtuales a distancia con una persona que no llegarán a ver. Y lo peor de todo es que los "te quiero" hoy en día no se dicen a la cara, se plasman en un mensaje de texto esperando respuesta de la otra parte. La comunicación a distancia nos facilita lo personal porque nos aisla de la persona, nos protege con la distancia gracias a la frialdad del medio.

Pero el problema de las nuevas formas de comunicación no reside en ellas mismas, sino en el uso que se les está dando. El móvil, la mensajería, el correo electrónico... el fin que persiguen es el de complementar la comunicación, ayudar a cubrir los huecos que el ser humano no es capaz de solucionar por sí mismo.

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