domingo, 18 de noviembre de 2012

La felicidad y el amor van cogidos de la mano



Antes de introducirnos en mi disertación, me gustaría proponeros una idea esencial para compaginar lo que llamamos verdaderamente amor, ¿Qué es realmente amar a alguien?

Amar y querer son dos conceptos diferentes. Querer significa tener una posesión de algo, en cambio amar va más allá de lo que tú quieras tener, te das cuenta de ello cuando sientes que tu vida sería totalmente distinta si esta persona se alejase de tu vida, ya que lo único que quieres es su felicidad y si tu puedes contribuir en ello, te debería satisfacer.

Dentro de la definición, AMOR, es una emoción que cuando es positiva constituye la tolerancia, el auto sacrificio, la amistad... En cambio cuando es negativo puede surgir lo que se llama egoísmo y egocentrismo.

Nos podemos encontrar dos tipos, el amor verdadero y el amor no correspondido. El amor verdadero es aquel que puede llegar en cualquier momento, en un largo plazo de tiempo. Con esfuerzo, sin esfuerzo, con momentos felices o un poco más tristes, pero al final siempre triunfa el amor. Es ese amor que te cuesta expresarlo, aquel que sientes tanto por esa persona que en ningún momento se te pasa por la cabeza ninguna inseguridad (no confundir con el amor ciego), es aquel en el que el corazón tiene razones que la razón no entiende, pero ¿puede entender de edades? 

Hace un mes, una niña de 13 años fue asesinada a manos de su supuesto novio, de 39 años de edad, con el que mantenía relaciones amorosas (¿o sexuales?). Esta relación esta aprobada según la legislación española, aquellas personas mayores 13 años pueden tener relaciones con una persona a partir de esa edad. Su familia denunciaba continuamente este enlace a los cuerpos de seguridad del Estado pero estos les respondían que la ley lo permitía. Es un caso triste, pero no nos centremos en el acto, si no en la relación que tenían. ¿Es ético que haya una relación con una diferencia de 26 años entre las dos personas? Podemos distinguir la parte de la razón y de los sentimientos. En este caso se notaba que no había sentimientos de por medio, por lo que es un buen ejemplo de un amor no correspondido; pero no podemos generalizar, ya que la diferencia de edad no es mala si hay un verdadero sentimiento de amor. 
Según Ortega y Gasset "Hay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella."
Encontrar la media naranja no significa que hay un mujer-hombre única para ti en este mundo, sino que encuentres la persona con la que seas feliz y podáis congeniar, quitando edad, físico, raza... Pero siempre siendo tú.

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