ARTE DE PURA SANGRE
Guste
o no, la tauromaquia la definimos en nuestro diccionario como el “arte de
lidiar toros” y forma parte importante de la cultura española. Si es un arte
¿No debemos conservarlo y difundirlo?
¿POR QUÉ ESTAMOS A FAVOR DE LAS CORRIDAS DE TOROS?
En primer lugar, vamos a
hablar de la tradición que viene siendo desde hace tantos años de lo que es
España, esta popular fiesta que conocemos como las corridas de toros, es decir,
la lidia de toros.
Los festejos taurinos han
ido creando una tradición muy arraigada en muchos lugares de España. Esa
tradición se fue fomentando a la par en varias capitales de provincia, como
Madrid, Valladolid, Zaragoza o Segovia entre otras, que fueron famosas por sus
tardes de toros. A otro nivel, en los núcleos de población más pequeños,
también se fue instaurando la tradición taurina con unas características muy
peculiares en cada una de las diferentes comunidades autónomas.
La fiesta taurina está
ligada a su aspecto cultural, tradicional y popular. La cultura que ha cubierto
siempre el discurrir histórico de la fiesta, da idea de su importancia en
nuestro país: la tauromaquia ha sido plasmada por artistas como Goya, Picasso,
Manet, Alberto Gironella y Lucas Villamil, así como en pasodobles. La
tauromaquia se puede mirar desde diferentes puntos de vista, puede ser admirada
o criticada, pero sus componentes, le permiten perdurar en el tiempo.
El filósofo José Ortega y
Gasset explicaba que era impensable estudiar la historia de España sin
considerar las corridas de los toros. Ortega y Gasset, en su obra, La caza y los toros, se extrañaba de que
el toreo, siendo un ejercicio callado diese tanto que hablar. Muchos otros
artistas fueron amantes de la fiesta, sobre la cual escribieron, pintaron y
esculpieron. Podríamos recordar estas palabras en las que Federico García Lorca
manifestaba su apoyo y gusto por la tauromaquia: «El toreo es probablemente la
riqueza poética y vital de España, increíblemente desaprovechada. Creo que los
toros es la fiesta más culta que hay en el mundo».
Después de tratar un poco
acerca de la gran tradición que supone en España esta fiesta, vamos a hablar
también del aporte económico y la gran cantidad de turismo que todos los años,
fiestas como ésta traen a España.
·
Los toros generan empleo a miles y miles de personas en todo el
mundo. Gracias a los toros existen fincas, ganaderías y existe mucha gente que
trabaja alrededor de esta enorme infraestructura.
·
En España, unos 40 millones de personas al año acuden a espectáculos
taurinos. Ésta cifra de personas deja en taquilla en torno a los 373 millones
de euros, triplicando la cifra en taquilla del cine español y multiplicando por
cinco la del teatro.
·
A parte de las corridas de toros, las ferias taurinas en España
generan más de 970 millones de euros. A parte de los casi 400 millones que se
generan con la venta de entradas, 46 millones se corresponden al gasto de los
turistas y 87, al de los visitantes DE UN SOLO DÍA; además, estas ferias
inducen unas ganancias de 464 millones de euros en los demás sectores de la
economía española.
·
El impacto económico de esta fiesta se resume en que por cada euro
que se ingresa, se crea 1,59 euros más.
Se podrían seguir diciendo
muchos más datos favorables a la economía, como el alto valor ecológico de las
hectáres destinadas a la cría del toro bravo, pero es preferible dejar este por
si alguien quiere documentarse mejor:
Las personas en contra de
la tauromaquia entre otras cosas argumentan que estas fiestas son una tortura
para los toros y que se les hace sufrir. Pues esto no es cierto y lo podemos
ver en diferentes estudios realizados por veterinarios y entendidos del campo
como por ejemplo el profesor Juan Carlos Illera del Portal, director del
Departamento de Fisiología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad
Complutense de Madrid, quien ha realizado un estudio en el que se demuestra que
el toro segrega unas hormonas denominadas betaendorfinas, que contrarestan el
sufrimiento del animal haciéndolo nulo. El toro es un animal
especial, que está perfectamente adaptado para la lidia. Y es que todos sus
mecanismos endocrinos se ponen en funcionamiento de una manera totalmente
distinta a la de cualquier otro animal o incluso las personas. Los toros,
durante su lidia, tienen unos niveles hormonales que llegan a ser prácticamente
normales”, explica Illera. Los toros en el ruedo liberan éstas betaendorfinas,
también conocidas como la “hormona de la felicidad”, que “bloquea los
receptores de dolor en el sitio donde éste se está produciendo hasta que llega
un momento en que el dolor y el placer se equiparan, y deja de sentirse dolor”.
Otro de los tópicos
utilizados es el de no matar en la plaza o suprimir los tercios de banderillas
y picadores: en Portugal, cuando terminan de lidiar al toro, lo meten en un
corral y lo tienen allí hasta el día siguiente, con las banderillas puestas,
hasta que lo trasladan a un matadero. Creo que es mejor que muera en la plaza y
se acabó todo el sufrimiento. Así sufre menos.
Por último, para aquellos
que hablan del “matar al toro por matarlo”, la moral de la lidia es una ética
del combate, del poder contra el poder. No es una ética del fraticidio. Y por
eso el hombre utiliza sus armas, la de la "inteligencia y la
astucia", contra las del "instinto" y la fuerza del toro; el
toro es un animal bravo y en la plaza se ve cómo lucha por vencer y demostrar
su poderío, después de una vida sana y libre en las fincas, el toro es el
animal que muere con más honor. El toro muere peleando.
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