PUNTO
Y FINAL
La
muerte, ese algo que llega en cualquier momento, quizás en un momento esperado
o quizás no, pero antes o después llega, llega de repente, sin avisar, llega y
te lleva con ella. Siempre me he preguntado ¿dónde arrastrará la muerte todo
aquello que encuentra? Hay gente que piensa que la muerte es solo el principio
de una larga historia, pero otros muchos piensan que es el final, que cuando te
topas con ella de frente, todo se acaba, todo lo vivido se anula, los recuerdos
se desintegran, las emociones desaparecen… ¿Quién sabe si la muerte es un
principio o un final? Yo soy de las que piensan que para saber algo con certeza
hay que experimentarlo, pero en este caso, eso viene siendo imposible.
Hace
años, la muerte era algo de la vida cotidiana, algo cercano, se veía como algo
que llegaba, sin más, en cualquier momento, y arrastraba con ella a cualquiera,
a cualquier amigo, familiar, conocido o incluso a uno mismo, la muerte se vivía
más de cerca por así decirlo. Con el paso de los años la muerte se ha ido
convirtiendo en un tema tabú para la mayoría de la gente, ya ni siquiera se
vela a un difunto en el mismo sitio donde ha pasado toda o el mayor tiempo de
su vida, ni siquiera eso, ahora la muerte es como algo distante por así
decirlo, se intenta esquivar y tener el menor contacto posible con ella. Mi
pregunta es ¿por qué? Quizás nos intentamos alejar de ella, ya que la vemos
lejana, o quizás simplemente sea por miedo. Miedo a que cuando menos te lo
esperas, la muerte te visita, y te lleva, miedo a no poder despedirte de toda
esa gente a la que le debes sonrisas y lagrimas, triunfos y fracasos, miedo a
no poder dar un último paseo por la orilla del mar, o escuchar una sola vez esa
canción que tanto te gusta, miedo a no poder dar un último abrazo, miedo a no
poder respirar aire fresco de nuevo, miedo a no volver a ver un rayo de luz,
miedo a no volver a sentir calor o frio, tristeza o alegría, miedo a no volver
a poder expresarte, hablar, gritar, correr, miedo a dejar de ser tu, miedo a
que llegue el final. Pienso que todo el mundo siente miedo por la muerte, ya
que no la conocemos, no sabemos que hay después, o si ni siquiera hay un
después.
Si
me pidiesen una definición de muerte, no sabría darla con exactitud, pero una
forma de definirla podría ser: la muerte,
ese algo que te arranca de la vida. Te arranca de la vida, y de todo,
porque la vida es lo único que tenemos. No me hago la idea de cómo será ese
encuentro; bueno, ni como, ni cuando, quizás llegue antes de lo que uno espera,
por eso pienso que ya que no sabemos lo que pasará, debemos aprovechar día a
día, minuto a minuto, que lo que se pueda hacer hoy, no se deje para mañana, que
cuando hagan algo por nosotros, lo agradezcamos en el momento, porque no se
sabe si mañana o unas horas después será tarde, que demos todo por nuestra
gente, que demostremos nuestro afecto hacía ellos, que demos abrazos sin
motivo, que nos hagamos notar; que arriesgar, no es malo, es atreverse, es
lanzarse, es experimentar, es vivir, arriesgar no siempre conlleva a darte un
golpe, arriesgar conlleva a vivir cosas nuevas, a descubrir cosas que si no das
ese paso no descubrirás jamás, arriesgar te llena de emociones. Y las emociones al fin y al cabo es lo que
nos mueve, de lo que estamos repletos, lo que nunca cesa. Mejor dicho, lo que
no cesa hasta que llega la muerte, es decir, lo más duradero en un ser, lo
último en desaparecer, pero que al fin y al cabo, como todo, acaba
desapareciendo, ya que la muerte es imposible de esquivar, te atrapa, a ti, y
al resto de seres, te lleva, y desapareces, desapareces por una parte, porque
tu recuerdo puede que perdure años en mente de quien ha estado contigo, de ese
al que sin motivo un día diste un abrazo y dijiste todo lo que te importaba sin
venir a cuento. Y si, los detalles marcan la diferencia, y un simple detalle
puede hacer que te marques en alguien, que no te olviden, y así aunque la
muerte te lleve una y mil veces, de alguna forma seguirás estando presente, y
que mejor estarlo para esa gente que estuvo contigo todo el tiempo, toda tu
vida.
Me ha parecido muy interesante tu disertación, con profundidad pero a la vez muy fluida en su escritura. No sé si el título hace justicia al desarrollo de la disertación: todo el tiempo, toda tu vida.
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