La vida, una constante lucha entre el corazón y la razón
Los sentimientos, ese algo que no puede ni verse ni
describirse, que cada uno los vemos de forma distinta, algo abstracto, tan
grande, que nos llena, nos llena porque estamos repletos de ellos, son lo
primero en aparecer y lo último en perderse en un ser vivo.
Somos dueños de nuestras acciones incluso a veces podemos
manejar nuestros pensamientos, pero nunca llegaremos a ser dueños de nuestros
sentimientos. Es por esto que el corazón y la razón son dos mundos diferentes,
dos términos muy complejos, inexplicables, que todos somos conscientes de que
tenemos pero nadie sería capaz de describirlos.
La razón explica todo lo que nos pasa, todo lo que pensamos,
lo explica todo, nos hace razonar, darnos cuenta de las cosas, nos hace pensar,
pero nunca puede llegar a explicar lo que siente nuestro corazón. La razón y el
corazón son como dos pequeños mundos metidos en un mismo cuerpo, dos mundos en
un ser. Y aquí algo que ha dado quebraderos de cabeza durante miles de años
¿debemos guiarnos por lo que dice nuestra cabeza, o por lo que siente en el
corazón? Puedes estar seguro de algo, tener una idea firme, pero de repente el corazón
puede dar un vuelco, hacer que te plantees ese algo, un sentimiento llega,
llega y se lleva con el todas las ideas que creías tener tan claras, haciéndote
pensar si en realidad son buenas o no, generándote duda y haciendo darte cuenta
de que no lo tenias tan claro, de que nada es tan sencillo, puedes pensar algo
pero sentir lo contrario. Yo siempre he sido fiel a lo que ha dicho mi corazón,
podemos pensar algo, y que de repente por influencias externas, por lo que ves,
o dicen los demás, esa idea cambie por completo, sin embargo, si sientes algo,
por mucho que te digan, hagan, o intenten hacértelo ver de otra forma, no podrás
cambiarlo, los sentimientos son únicos, inamovibles y muy diferentes en cada
persona, es por esto que no pueden describirse. No pueden describirse, pero si
expresarse, y cada uno tiene una forma muy diferente, una forma propia de
hacerlo.
Solemos dejarnos guiar por los demás, siempre andamos
pendientes de qué dirán, porque al fin y al cabo nuestra vida se basa en eso,
en las relaciones, no podríamos vivir solos, sin nadie. Siempre ha existido un
modelo ideal de las cosas, la chica perfecta, el chico perfecto, el lugar
perfecto, incluso un modelo de vida perfecta, pero tú puedes tener enfrente a
alguien, alguien casi perfecto, ya que para mí, la perfección no existe, y
pensar que es alguien ideal, pero aquí es cuando actúa el corazón, si a ti esa
persona no te llena, no te hace sentir, todo lo anterior no sirve de nada, los
pensamientos inmediatamente se anulan y dejas de ver a ese alguien tan
perfecto. Mi conclusión es que si algo
no te llena, no te hace sentir, no vale la pena por mucho que tu cabeza diga. Hay
una frase que explica esto a la perfección ‘el corazón tiene razones que la
razón no entiende’ ya que el corazón y los sentimientos son los protagonistas
en cualquier persona.
Hay personas que dicen que cada uno es dueño de sus
sentimientos pero yo pienso que es imposible dominarlos, tú puedes ser dueño de
tu mente, puedes hacer cambiar tus pensamientos, pero tus sentimientos son imposibles
de dominar.
La vida es una lucha constante entre la razón y el corazón,
las dos son imprescindibles pero pienso que el corazón siempre ha llevado las
riendas, siempre ha ido por delante, siempre ha tenido un papel más importante,
ya que es el que nos hace sentir, sentir mal o bien, pero sentir. Y al fin y al
cabo eso es lo que nos hace avanzar, e ir creciendo como personas, los sentimientos,
ya que no existe nadie que no los tenga, nadie al que no le afecten las cosas,
nadie que no sienta.
¿Corazón o razón? Las dos nos hacen ser como somos, se
complementan, y se hacen una sola aunque para mí una tenga más peso que la otra,
si la que tiene menos peso faltase, la otra estaría incompleta, cojearía. Siempre
se ha dicho que la unión hace la fuerza, y creo que esto es un claro ejemplo ¿Qué
sería de nosotros sin razón o sin corazón?
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