Si hay algo que todos tenemos que enfrentar en esta vida, que no distingue entre unas personas y otras, algo que representa la igualdad entre todos los seres vivos que habitamos este planeta, es la muerte.
Es un fenómeno social y cultural, puesto que todas las sociedades han considerado la muerte como un acontecimiento central en la vida humana. La filosofía tiene en cuenta estos aspectos, pero va más allá de ellos, para interrogarnos sobre los problemas y enigmas que nos plantea.
La certeza de nuestra propia existencia, nos invade de miedo, rechazo, impotencia y al mismo tiempo el deseo de aprovechar cada minuto de nuestra vida.
La muerte supone el final de algo, llega a todos por igual y nadie escapa de ella. Es algo que no puede predecirse, no es un hecho puntual que sucede cuando somos viejos o estamos enfermos, sino que es una constante amenaza a la que intentamos dar la espalda pero que siempre esta ahí y algún día dejaremos de vivir. Por eso nos preguntamos, ¿Qué habrá después de la muerte?
La muerte es un enigma que no podemos descifrar o que por ahora, no lo hemos conseguido. La cuestión es si dejaremos de ser algo o si seguiremos siendo. Para ello hay miles de creencias que presentan sus teorías para mostrarnos que hay una otra vida tras la muerte.
Y si con la muerte la existencia humana llega a su fin, ¿Por qué tener miedo a una existencia que jamás vamos a experimentar? El ser humano teme a lo desconocido, lo cual supone angustia vital y turbación interna pues la muerte es la causa de que en esta vida puedas luchar por algo, tener ilusión por las cosas y aprovechar cada momento. Puedes hacer mucho y llegar a ser alguien importante, es posible que te ayude en esta vida, pero una vez terminada ni el dinero ni el poder podrán ayudarte.
Es mejor disfrutar de la vida sin tener presente un final de nuestra existencia terrenal y que cuando llegue, llegará.
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